En abril de 2015, la adquisición de la empresa mexicana Aventones por la francesa BlaBlaCar fue catalogado como una muestra de la madurez del ecosistema de emprendimiento mexicano, sin embargo, dos años después del anuncio, el unicornio europeo decidió cerrar la oficina en el país para enfocarse en las naciones donde su negocio está más desarrollado. por lo que comenta a Expansión Alberto Padilla, cofundador de Aventones y quien asumió como director de BlaBlaCar en México.
La plataforma que permite a los propietarios de automóviles compartir su automóvil para traslados de larga distancia con otros usuarios a cambio de dividir los costos, sigue funcionando en el país, pero la operación se realiza desde Francia desde noviembre del año pasado.
Las razones por las que BlaBlaCar cerró su oficina en México tienen que ver con el interés de la compañía francesa por promocionar los países donde su negocio es más fuerte.
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“Lo que pasó en 2016 es que los países que venían punteando, que era Francia, España, Alemania, empezaron a encontrar límites de crecimiento. Los fundadores pensaron que el techo era más alto de lo que empezaron a ver”, dice Padilla.
“En los demás países, la decisión se tomó después de muchas reuniones para quitar el enfoque de crecimiento. Es decir, en vez de seguir inyectando, el objetivo era mantenerlos con lo que ya tienen y encaminar todo el esfuerzo de la compañía a ayudar a los países grandes a encontrar un segundo techo”, añade.
Sin embargo, de los nuevos países donde BlaBlaCar se expandió como parte de una estrategia lanzada en 2015, los únicos en los que mantiene presencia física son Rusia y Brasil.
“Ninguno de los países, excepto Rusia, representó un caso extraordinario de crecimiento. Todo; Brasil, México, India, Turquía y Polonia tuvieron crecimiento pero ninguno como Rusia”, agrega.
El crecimiento en México fue entre 500 a 1,000 nuevos usuarios diarios, en Rusia hubo un promedio de 10,000 nuevos usuarios cada día.
DECISIÓN SORPRESA
Padilla narra que si bien a principios de 2016 los ejecutivos de la empresa francesa optaron por plantearse objetivos de hacer negocios en los países donde ya tenían presencia, en la segunda mitad del año tomaron la decisión de abandonar la idea de monetizar en los nuevos territorios y centrarse en impulsar el crecimiento en los países más desarrollados.
“El segundo semestre de 2016 fue un año de reorganización, donde todos los países tenían la misión de pensar cómo, en lugar de ganar dinero, eficientizaban los gastos”, explica.
México fue uno de los pocos territorios donde más se logró esta meta, reduciendo gastos entre 50 y 60%.
Para Padilla, la noticia del cierre de la oficina de México fue una sorpresa.
“Fue un proceso sorprendente porque también habíamos estado planeando algo más. Todos los directores hicieron un viaje a París donde todos se organizaron para hacer más eficiente su operación y fue cuando me informaron que regresara y cerrara la oficina. No era como que nos dieran 6 meses para preparar todo esto, era para volver y hacerlo”, dice Padilla.
Un mes y medio después, en noviembre de 2016, la oficina de BlaBlaCar México ya había cerrado.
“BlaBlaCar no es una empresa que va a morir, es una empresa que se está redefiniendo para ser aún más ambiciosa”, dice.
Hasta la fecha, la empresa francesa cuenta con 30 millones de usuarios en los 22 países en los que opera. A fines de 2015, había 25 millones. Según el Wall Street Journal, el unicornio francés está valorado en 1.500 millones de dólares.
INVIERTA DESDE 10,000 PESOS EN PROYECTOS INMOBILIARIOS
Padilla es cofundador de Innkus, empresa que tras la venta de Aventones se enfocó en desarrollar nuevos negocios de base tecnológica. Entre su catálogo se encuentra Lunch Break, Excuse Doctor y Briq, empresa que ha ampliado el acceso a la inversión inmobiliaria a través de un modelo de financiación colectiva o crowdfunding y en la que Padilla se concentra a tiempo completo desde febrero de este año.
Briq permite a las personas acceder al mercado inmobiliario con inversiones desde 10.000 pesos.
La forma en que opera Briq es similar a como funciona Kickstarter o Fondeadora, pero en lugar de destinar dinero a una idea, en la empresa de Padilla los recursos se utilizan para financiar proyectos inmobiliarios a cambio de una rentabilidad.
Briq opera bajo dos modelos de inversión: El primero es deuda senior que se basa en otorgar dinero de los inversionistas como un préstamo al desarrollador, brindando a los inversionistas una garantía de que a medida que avanza el proyecto, el dinero debe ser pagado más intereses. . Este modelo da un rendimiento entre el 11 y el 13%.
El segundo caso es un modelo de deuda preferente en el que el nivel de riesgo es mayor pero la rentabilidad oscila entre el 15 y el 17%. La deuda es la primera prioridad de los desarrolladores pero depende del desempeño de los proyectos, lo que significa que si el proyecto sale bien, paga una mejor tasa, si es al contrario, paga una tasa más baja.
“La oportunidad es demasiado grande si miras los bienes raíces y ves a todas las personas que tienen dinero en su cuenta y no lo invierten”, agrega.
Solo en la presente administración, el sector inmobiliario ha realizado una inversión de 32.000 millones de dólares en el país, reveló recientemente José Antonio Meade, secretario de Hacienda.
Briq cuenta con una base inversora de casi 4.000 personas que destinarán 31 millones de dólares en 14 campañas o proyectos.
Padilla dice que la experiencia que le dio la venta de su empresa, el cierre de la oficina y sus nuevos proyectos es necesaria para que la vivan más empresarios mexicanos.
“Creo que es algo que los empresarios mexicanos necesitamos vivir más. No todo es dar con una idea, armar tu primera ronda de inversión y listo, pero después todavía hay más retos que como ecosistema emprendedor debe madurar. Una cosa es emprender y otra llevar la empresa al siguiente nivel”, detalla Padilla.